miércoles, 31 de agosto de 2011

¡ALELUYA!



¡ALELUYA!

9,322 a 5´57´´ m/Km

¡Aleluya!

Alegrémonos runners porque esta hermana nuestra ha conseguido bajar del los 6´ el km y gritemos todos juntos

¡Aleluya!


Démosle gracias a Hermes, dios alado, y la preciosa Niké, por su bondad con esta nuestra hermana y  cantemos todos alzando los brazos al cielo:


¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

lunes, 29 de agosto de 2011

I LOVE MOUNTAIN


Llevo dos meses corriendo por el parque. Salgo tres, cuatro, e incluso alguna semana, cinco veces. Recorro los 1.456 metros en seis, siete o puede que diez vueltas. 

Siempre de esta forma: 

Arriba –Abajo; Abajo –Arriba.

 Una y otra vez. Desde que comenzó el verano y descubrí que el calor era (ya no lo es tanto) mi peor enemigo, o en todo caso una amistad peligrosa, el parque es un aliado. Claro que es un aliado que te machaca el coco de lo lindo, pero un aliado al fin y al cabo. Tampoco se le puede pedir a una línea de 1456 metros que te emocione, o igual si, pero no en un parque de una ciudad de 100.000 habitantes. No se si me entendéis. 

El Jueves me fui a Arcos a pasar unos días con la familia en una casita de campo la mar de cuca. Tenía todo lo que se le puede pedir a una casita de campo: árboles de frutas, olivos, vides, macetas por doquier con plantas de todo tipo, un porche fresco donde desayunar y comer, una pequeña piscina y, lo más importante, una montaña. 

En eso me fijé nada más llegar. Una montaña. Alta, muy alta, con un camino de tierra casi en la misma puerta de la casita de campo. No pensaba salir a correr, pero me traje los zapatos y los calcetines, los pantalones cortos y el cinturón de hidratación. Nunca se sabe. Lo que quiero decir es que las vacaciones son para no hacer nada que implique movimiento físico de repetición que no sea el de beber y comer. A estos últimos les dedicamos todos nuestros esfuerzos. Podríamos llegar a ser olímpicos. 

Del arroz siempre me encargo yo.
El mismo día que llegué, salí a la montaña. No iba preparada para correr de cara a la galería (marido, hijos, cuñados, suegros), me “escapé disimuladamente” Me puse un pantalón corto de algodón, una camiseta con dibujos de frutas y, eso si, las zapas y los calcetines anti –ampollas. Disfrazada de corderito que solo va a dar un paseo, salí a la montaña. 




La montaña. 


Libre. Es la única palabra que se me ocurre cada vez que pienso en la montaña. Del parque a la montaña. Cuestas. Subidas y bajadas. Tierra, zanjas, calor, pinos, altura. Sobre todo altura. Un poco más y más y más alto., más arriba. Arcos es una figurita de belén postrada a mis pies, un pueblo pequeño y blanco asentado a mis pies. Libre. 

Y sigo subiendo con mi disfraz de paseante, siempre hacia arriba, sin que las pendientes infinitas me cuesten demasiado trabajo, y cuando lo hacen, recorto los pasos, levanto el pecho, miro hacia la cima… Arriba. Libre. 




En San Fernando no hay montañas. 

Y cuando el sol empieza a ponerse, de mala gana paro, diciéndole a la montaña que mañana volveré a por ella. Retrocedo sobre mis pasos con mucho cuidado de no equivocarme de camino, ligera, rápido como nunca en el parque ¿Por qué? Sin que haya sentido ninguna molestia en las piernas, exceptuando la sensación de unos cuádriceps que trabajan perfectamente para subir montañas. No hay sensaciones negativas ¡Quién puede sentirse mal corriendo en una montaña! Con una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de la bajada después del tributo de la subida. Por eso me gustan las cuestas, pero en San Fernando no hay cuestas como las de Arcos. Cuestas que te dicen “Eh, inténtalo a ver si puedes” y tú lo intentas, claro. 




Y sigo dejándome llevar, corriendo mucho más rápido, viendo, por la sombra de mi cuerpo reflejado en el camino de tierra, gracias a un sol que se pone lentamente, como mis zancadas son mucho más amplias. Cambios de ritmo. Leí en el Runner´s World que las montañas son el sitio perfecto para los cambios de ritmo “naturales” sin crono, solo utilizando el propio camino para ello. Es verdad. 

Todo muy bonito ¿Verdad? 

Me perdí. 

Afortunadamente, no en la montaña. En realidad me pasé de largo, dejé la casita de campo atrás y recorrí al menos 1km más por asfalto y muy rápido, creo que es la vez que más rápido he podido correr sin que sea haciendo mini –series y manteniendo el ritmo todo el tiempo ¿Serán los pocos fartlek que he hecho? ¿Los mini de 500 en el parque? ¿Será que sí? 

La cuestión es que, gracias a mi suegra y su recomendación de que me llevase el móvil, llamé a los habitantes de la casita de campo para que viniesen a rescatarme porque no tenía ni idea de donde estaba. No sabia que en el campo el sol se esconde tan rápido. Del día a la noche en un visto y no visto. Sin avisar. 

Y mi marido salió al camino raudo y veloz (con una cerveza en la mano) y entonces me di cuenta que no me había perdido, solo me había pasado de largo, y es que por la noche todo parece diferente. 

-Te voy a poner el GPS del coche… O comprarte unas bengalas. 

Y me río y el se ríe (en el fondo le encanta tener una friki mujer) y aprovecho para robarle el botellín de cerveza. 

Lunes: Fitness. A tope. Martes: 40´ por el parque con sensaciones buenísimas. Miércoles: Fitness. Aumento el peso para hombros, mantengo las rojas (10 k) para espalda y siento que ya me van pequeñas. Lo mismo me ocurre con bíceps, o subo o me quedo igual. El resto para morirse. Jueves: 52´ de subidas, subidas, subidas., bajadas, bajadas, bajadas. Viernes: 1´15´´ Alcanzo la cima de la montaña. Me siento poderosa. Sábado: Descanso (muy a mi pesar. Todo sea dicho)

 I love Mountain. 

jueves, 25 de agosto de 2011

VACACIONES EN ARCOS




Me voy de vacaciones. Serán unas mini vacaciones de cuatro días, en mi línea de cortas pero variadas. El lugar elegido esta en Arcos de la Frontera, pueblecito incluido dentro de la ruta de los pueblos blancos de Cádiz, en una casita rural con capacidad para toda la familia (suegros, cuñados, niños)

Beberemos, comeremos, reiremos y nos pelearemos, como todas las familias., e incluyo que también saldré a correr, ahora en singular claro. Buscaré montañas y caminos rurales, cargada con mi cinturón de hidratación o con la mochila, según sea la dificultad. Tomaré fotos y las pondré aquí, por supuesto.

Sed buenos estos días.

miércoles, 24 de agosto de 2011

PRUEBA DE ESFUERZO.


El lunes me hice una prueba de esfuerzo. Después de estar escuchando a mi marido repetir una y otra vez que tanto correr no podía ser bueno., que tanto levantar peso no podía ser bueno., que tanto contar calorías no podía ser bueno., y en definitiva: que nada de lo que me gusta podía ser bueno, determiné hacerme un chequeo general para que se calle la boca de una vez, santo dios.  

Para estas cosas siempre he sido un tanto primitiva. Los hospitales me dan un mal rollo impresionante y como me pongo enferma de higos a brevas pues eso que gano.
Me realizaron dos pruebas: una ergometría y un ecocardiograma. El ecocardiograma me dijo lo que yo ya sabía de antemano, que mi corazón, ese musculito que llora cuando hago mini-series, esta en perfectas condiciones tanto en anchura, altura, apertura y oclusión de sus ventrículos etc., etc.

La verdadera sustancia del meollo estuvo en la ergometría.  Después de caminar unos minutos arriba- abajo por los pasillos del hospital para ir calentando un poco motores, me colocaron en el pecho y costados un sinfín de adhesivos circulares conectados a otro sinfín de cables, cada cable con su correspondiente adhesivo, más un cinturón en torno al cuerpo que sujetaba todo el tinglado antes descrito. Para terminar, me enfundaron el tronco con una malla idéntica a la que se usa para asar un solomillo al horno solo que de mayores dimensiones, y quedé igualita que Robocop. Hubiese pagado por una foto en aquel momento.

El cardiólogo me explico que la prueba de esfuerzo consistía en llevarme, mediante el ejercicio intenso, al agotamiento, para determinar cuales eran mis umbrales de lpp, el volumen de oxígeno consumido (calculado en METS) y mi presión sanguínea antes y después del ejercicio. Para ello, en la cinta primero andaría, trotaría, correría y luego subiría una pendiente a toda leche a un desnivel lo más alto posible. Yo entendí de todo ello que vería pasar mi vida ante mis ojos en unos pocos minutos.

Y más o menos así fue. No hubo adaptación de tramos, estos se sucedían a la velocidad del rayo para que mi cuerpo no tuviese ocasión de adaptarse, más bien de comprobar cual era la respuesta al esfuerzo extremo.

El cardiólogo determinó que mi prueba era excepcional. Me dijo:

Una prueba de sobresaliente. Corre, nada, levanta peso y escala el Himalaya si  te da la gana. Tienes una capacidad aeróbica por encima de la media.

Y me dejó flipando en colores.

Los resultados son los siguientes (para los que sepan interpretarlos. Yo todavía estoy en ello):

El paciente se ha ejercitado según bruce durante 5:14, alcanzando un nivel de trabajo de Max. METS: 27.10. La frecuencia cardíaca en reposo era inicialmente de 80 lpm, alcanzó una frecuencia cardíaca máxima de 179 lpm, que representa un 96% de la frecuencia cardíaca predicha para la edad máxima. La presión sanguínea en reposo era de 120/80 mmHg y alcanzó una presión sanguínea máxima de 140/80 mmHg. La prueba de esfuerzo se detuvo por fatiga.

Interpretación:

Sumario: ECG en reposo: normal. Capacidad Funcional: por encima de la media (>20%). Respuesta de FC al esfuerzo: apropiada. Respuesta de TA al esfuerzo: TA normal en reposo –respuesta apropiada. Dolor precordial: ninguno. Arritmias: ninguna. Cambios del ST: ninguno. Test de esfuerzo normal.

Conclusiones:

Tes de esfuerzo normal. Capacidad Funcional excepcional (ver detalles arriba)

Según me dijo el cardiólogo, una mujer de mi edad, suele dar como resultado tras una ergometría, una cantidad de Mets en torno a 10-12 y que mi resultado superaba con mucho esa cantidad. Buscando en Internet, corroboré lo que me dijo.

Guau.

Soy una máquina de matar.

En vista de que soy un pato lento y pesado con una Capacidad Funcional Excepcional (voy a serigrafiar una camiseta que diga: ¡Cuidado! Capacidad Funcional Excepcional) voy a seguir en mi línea de trotecillo, algún que otro fartlek, más trotecillo, Fitness, algo más de Fitness… ¡Ahora entiendo por qué nunca me canso ni haciendo dobletes!

Mi marido esta callado al fin (oh, gracias a dios), y hoy me he comprado un libro de Dean Karnazes titulado “Ultramarathón Man” porque hasta los patos con altas capacidades funcionales pueden soñar con ser cisnes.

domingo, 21 de agosto de 2011

CRÓNICA DE UNA MARCHA NOCTURNA.


A las 19:00 horas, con un levante del demonio y un cielo completamente encapotado, un grupo aproximado de 70 personas, comienza a caminar dirección Cádiz. Entre ellos, mi hija, su amiga y los padres de ésta, que finalmente se decidieron y se apuntaron a la marcha. El recorrido total esta fijado en 31 km aunque los gps marcarían al término casi un km más.


Tomamos por el camino de la depuradora, el ritmo marcado esta en 6km/h, algo más vivo de lo que sería una caminata normal y de momento todo el mundo lo acata feliz. En pocos minutos, formamos una colorida caravana donde predominan las camisetas amarillo fluorescente, naranja y verde., las mochilas de hidratación y algunos bastones. Caminantes de todas las edades, desde niños y adolescentes, hasta personas mayores. Todos con muchas ganas.


Mi hija ya sabe que yo me voy a adelantar hasta el grupo que encabeza la marcha y para ello, ambas llevamos nuestros móviles para no perder el contacto en ningún momento. La consigna es clara: en cuanto la peque este cansada me llamará y yo llamaré a su padre para que la vaya a buscar.

Mi hija a la derecha, su amiga, y los padres en primer lugar.
Así que comienzo a caminar rápido y me sitúo de momento en el grupo de cabeza formado por unas 15 personas. Es una  gozada porque entiendo que es lo más cerca que voy a estar de un pelotón dominante… Me siento una infiltrada.


 Y así van transcurriendo los kilómetros uno detrás de otro, a un ritmo de caminata rápido pero totalmente llevadero. Cuando llegamos al puente de entrada a Cádiz, el primer lugar donde pararemos y nos reagruparemos todos, llamó a mi hija para saber como va:


Me pillaron en el momento justo.
¿Te queda mucho para llegar a la primera parada?
No. Ya te veo desde donde voy.
¿Quieres seguir o llamo a tu padre?
Sigo, sigo.
¿Seguro?
Que si mamá.

La siguiente parada esta fijada en la playa de la Caleta. Reconozco que me preocupa pensar que la enana no sea capaz de llegar hasta allí, aunque en todo caso sé que, de ocurrir, me llamará seguro. Camino deprisa junto a Sebas,  al que acabo de conocer y he reconocido por la foto que tiene puesta en su blog. Ya sabéis como funcionan estas cosas entre corredores: no conoces de nada a una persona y sin embargo puedes estar todo el rato hablando sin parar de lo que más nos gusta, correr. Vamos lo suficientemente deprisa como para dejar al grueso del pelotón detrás nuestro y cuando nos damos cuenta, ya los hemos perdido de vista. Delante nuestro esta otro pequeño grupo encabezado por una chica a la que es imposible alcanzar.


Las niñas dirección a la Caleta.
El cielo amenaza con tormenta de un momento a otro y el ritmo de marcha que llevamos es tan rápido que estamos a un paso del trote, pero nos contenemos, queda más de la mitad. Para cuando llegamos al segundo punto de encuentro y nos unimos todos en un único grupo de unas 15 personas, llevamos 2:45 minutos andando y hemos recorrido 16´5 km. Estoy perfectamente. No me duele nada y las piernas han aguantado el tirón de lujo. Nos preguntamos a cuánto estará el resto del grupo y no nos queda más remedio que esperar.



Aprovecho para llamar a mi hija y me dice que ahora sí que va cansada y que se ha tomado un Red bull…

¿Te has tomado un Red bull?
Si, mamá, es que me dolía todo.
¿Y ahora?
Ahora no me duele nada…
¿Llamo a tu padre?
Ok.

Como teníamos convenido mi marido llega a la Caleta en menos que canta un gallo y se lleva a una niña que ha sido capaz de andar 16 kilometrazos sin quejarse y cargada con la mochila. Tanto ella como su amiga, van muy contentas. Al parecer, mientras iban caminando, algunas personas las animaron y las niñas no se lo esperaban. Antes de que se fuera, determinamos que el año que viene, lo intentaremos con 20 km. Me consta que la experiencia le ha encantado.


Dos de las cuatro personas que terminamos juntas la marcha.
A partir de aquí ya no hay documentos gráficos porque los fotógrafos se quedaron atrás :P

Tras 45´ de descanso (demasiado tiempo para mi gusto. Te enfrías y volver a empezar cuesta) que aprovechamos para beber agua, comer algo y algunos darse un baño en la playa, retomamos el camino. Llevo unas barritas de dátiles y fresa que compré en el Mercadona y que os recomiendo encarecidamente: son fabulosas. Me he comido sólo unas de ellas porque no tengo hambre y dejo las dos restantes para los últimos 10 km (me vinieron de perlas) Recargo el bidón de agua del cinturón de hidratación y empezamos a caminar despacio, bordeando el paseo marítimo hasta el punto en el que tendremos que bajar a la playa y hacer parte del recorrido por la arena.

Fue sin duda alguna la parte más dura y fascinante del recorrido. La luna, que no vimos en ningún momento, se esconde tras un cielo cubierto de nubes que amenazan con tormenta desde el principio mismo de la marcha, y a ello hay que sumar un viento de levante que sopla cada vez más fuerte, ahora que no estamos al abrigo de los edificios, y levanta la arena en serpenteantes formas doradas hasta nuestras mismas piernas, donde impacta y se deja notar ¡Vaya si se nota! Caminamos más despacio, observando los relámpagos que se dibujan en el horizonte, entrecerrando los ojos, inclinando el cuerpo, buscando la arena mojada y compacta. Al principio no tenemos que usar las linternas porque los bares y chiringuitos del paseo marítimo nos alumbran, pero a medida que avanzamos y dejamos atrás la ciudad, hay que usarlas porque las farolas apostadas en la carretera paralela a nuestro camino, tienen una luz muy débil y estamos a muchos metros de ellas. Me siento afortunada. No hay un alma en la playa salvo un grupo compacto de 10 personas que vuelven a alejarse del grueso de caminantes, andando rápido, manteniendo el ritmo establecido de principio., aquí estoy, en un lugar salvaje y único, oscuro y dorado, amenazado por el agua y azotado por el viento, siguiendo el haz de luz que dejan las linternas, con los zapatos cargados de arena y caminado en silencio junto a otras personas en ese lugar y a esa hora un viernes por la noche. Un planazo.

La llegada al puente que nos devuelve al camino de la depuradora, significa un alivio considerable para las piernas que ya acusan tanta arena y empiezo a notarlas cargadas, ligeramente doloridas. Vemos, por las luces al fondo, como el resto del grupo esta a más de 2km de nosotros y me parece increíble que haya podido caminar tan rápido.

Aprovechamos para quitarnos de las zapatillas la arena y comentamos que solo quedan 5 km para llegar al punto de salida. Para ese momento, el grupo de cabeza formado por unas 10-15 personas, se ha ido disgregando hasta los 7 u 8 que estamos ahora. Estoy muy contenta porque he mantenido la posición desde el principio y aunque este cansada, se que voy a llegar con ellos.

Afrontamos el último tramo por donde vinimos y acelero el paso. Digamos que voy en cuarta posición en la fila. Casi sin darme cuenta, centrada solo en el camino, sin hablar con nadie, solo concentrada, acelero. Sinceramente, nunca pensé que fuese capaz de andar tan rápido. Alucinada estoy todavía. Vamos cuatro personas, el resto del grupo de cabeza empieza a quedarse atrás, tres hombres y yo. Mantengo el paso, miro hacia atrás y ya no veo a nadie, vamos solo nosotros.

Digamos que para el km 30, a falta de uno solo, llevo las  piernas dormidas pero con un movimiento constante y tal como estaba previsto llegamos al punto de salida.

En total recorrimos caminando 31.700 km, en unas seis horas.

Fui la primera chica marchadora en llegar  al punto establecido y, como he dicho antes, aún estoy flipando en colores.

Esto me lleva a una reflexión:

¿Estaré equivocando mi modalidad atlética y en lugar de ser una corredora, soy una marchadora en potencia? Una cosa esta clara, corriendo soy un pato mareado, pero andando… ¡A ver quién me pilla!

La experiencia ha sido única. Me ha permitido conocer a un montón de personas interesantes, tener una toma de contacto con las distancias largas y adquirir confianza en mi misma. Pienso repetir…

Pd: Tengo unas agujetas mortales. Ando con las piernas entreabiertas y sin poder doblar las rodillas, pero en general, nada que no se pase en tres o cuatro días.
Y las uñas...

Pd1: Llegamos a la 01:15 Luego he sabido que el resto del pelotón llego una hora, hora y cuarto más tarde!!



miércoles, 17 de agosto de 2011

Preparativos para la Marcha Nocturna Luna de Agosto.


Ya tengo mi camiseta técnica amarillo fluorescente, linterna, gorra para las tres primeras horas de caminata y un cinturón de hidratación con la botella de 500 ml. asentada en la espalda, cómodo y ligero, con un pequeño bolsillo para guardar el DNI, móvil, algo de dinero y unas deliciosas barritas de dátiles y fresa del Mercadona. Llevaré también tiritas, unos calcetines y una camiseta de repuesto. Lógicamente, todo no cabe en un pequeño bolsillo, pero cuento con unos aliados de envergadura: mi hija y su amiga. Intrépidas donde las haya, este par de adolescentes que deberían estar perdiendo el culo por Justin Bieber, me acompañaran. En principio, 10 km, y si se ven con fuerzas, hasta la Caleta, que son 15 y allí las recogerá o bien mi marido o bien el padre de la amiga. Mi idea es quedarme a la vuelta solo con el cinturón de hidratación para los últimos 15 km.
Ahora mismo acaban de irse a “entrenar”, esto es, andar un par de horas por San Fernando de cara a la cita del sábado. Reconozco que me hace mucha gracia.

Hace un porrón de años, mis padres, mi hermano Miguel y yo nos fuimos de fin de semana a Jaén, el lugar donde nació mi padre, para buscar un pequeño pueblo cercano a Pontones, que ni siquiera era pueblo ni nada, solo un conglomerado de 20 casas en ruinas. No estaba ni esta  en el mapa. Nunca fue un pueblo. En realidad, ya no existe. Aparcamos el coche justo hasta donde se nos permitía llegar con él y comenzaba la Sierra de Cazorla. En ese momento, todos preguntamos: ¿A cuánto queda? Y mi señor padre, con una sonrisa de medio lado, nos dijo: Un par de horas. Estábamos en el mes de diciembre, hacía un frío de mil demonios cuando, a las doce del medio día, comenzamos a caminar. Mi padre en primer lugar. Tres horas más tarde, la aldea (que por supuesto no estaba dentro de las rutas a  pie), pueblo, ruina o lo que fuese que había albergado a un padre chiquitirrinín, no aparecía por ningún lado, pero mi padre insistía en que: falta poco, falta poco. En realidad, creo que se perdió, pero su orgullo le impedía reconocerlo ¿Cómo vas a admitir que has olvidado el emplazamiento de tu propio pueblo, aunque haga más de 30 años que no has puesto un pie allí? A las 15:30 mi madre se amotinó, puso los brazos en jarra, cara de mala leche y mi padre no tuvo más remedio que reconocer que no sabía  donde estaba. Fue trágico. Cuando regresamos hasta el coche, seis horas más tarde, estábamos molidos. No recuerdo un viaje tan duro y tan hermoso al mismo tiempo.  Claro que aquello era montaña, subidas y bajadas, arroyuelos de agua congelada y cristalina, ruidos extraños, vegetación mustia por el frío, conejos, ciervos, águilas… Una pasada. Para más inri, a la vuelta, el tubo de escape del coche se cayó, y mi padre, mientras mi madre se deshacía en lágrimas y mi hermano y yo nos tronchábamos de la risa, que es una especie de MaC Gyver, sacó cuerdas, cinta de cuero (os lo juro), cinta adhesiva y le hizo el apaño hasta llegar a Cádiz. Fue mi héroe.

Así que no pienso decirles nada a las niñas. Me hace muchísima gracia. Ni siquiera saben que van a ir a buscarlas ¿Qué gracia tiene entonces si no existe el factor de la aventura? Cuándo me pregunten ¿Cuánto queda? Les diré: falta poco, falta poco.

Me siento como un boy scout.

lunes, 15 de agosto de 2011

JANE FONDA Y EL FITNESS AERÓBICO DE MANTENIMIENTO.


Aunque solo hace dos años largos que empecé a hacer deporte de forma regular, esto es, en un gimnasio, con un orden y en determinados días, el ejercicio siempre ha estado presente en mi vida de forma un tanto arbitraria. Podía estar largos periodos sin hacer absolutamente nada y otros en los que no paraba. Todo ello en casa.

Tenía, para mi entrenamiento en solitario, un libro de ejercicios de Jane Fonda, la reina del Fitness en los años 80. El libro en cuestión estaba dividido en dos partes, una para aquellos que disponían de tiempo para realizarse un planning de 40 minutos  y otro para aquellas personas (amas de casa) que no tenían tiempo ni de respirar, mucho menos de pensar en programas y que podían insertar estos ejercicios en sus quehaceres  diarios. Así, mientras freían unas albóndigas, por poner un ejemplo, podían ejercitar glúteos, gemelos o inclusive cuadriceps ¿Qué tenías que limpiar las ventanas? Aprovechabas para meter unas series de pectoral con tu propio peso y unos suaves ejercicios de tríceps con el trapo en  mano.

Me consta que los ejercicios de Jane Fonda son excelentes para el mantenimiento. Descarga sus vídeos ahora colgados en Youtube (con la pasta que costaban en su momento) flipa con los calentadores de pies, los bodys con cinturón y las permanentes imposibles y luego presta atención a los ejercicios: efectivos y completos, vuelvo a repetir, para el mantenimiento.

Doy fe de ello. Durante años, el libro de ejercicios de Jane Fonda "Mi libro de Gimnasia", fue mi libro de cabecera. Tenía establecido mi propio planning, como recomendaba la autora, con sus correspondientes anotaciones y clasificados por nivel:

Planning nivel principiante (repeticiones mínimas y máximas)
Planning nivel medio
Planning nivel avanzado.

Después de periodos de sequía deportiva, empezaba por el nivel avanzado siempre. Había algo deshonesto y humillante en empezar por el nivel básico, y las agujetas… Siempre me han gustado las agujetas. Hacía ejercicios por la tarde, en el salón de mi casa y con la MTV a todo volumen. Inclusive los primeros meses de embarazo; inclusive tras las primeras semanas después de dar a luz. Los ejercicios de abdominales eran, por su dificultad, los que más me gustaban.

Jane Fonda era genial.

Sin embargo, llegó el momento del estancamiento. Come lentejas todos los días y por mucho que te guste acabas aborreciéndolas. El mantenimiento físico se convirtió en algo tremendamente aburrido. Hacer deporte para estar sano. Así que Jane Fonda quedó relegada al ostracismo y empecé en el gimnasio. En  el gimnasio me di cuenta que los ejercicios de Jane, bien hechos, le daban siete vueltas al Body pump, combat , boxing y toda la familia léxica de Bodys y sus marcas blancas (Power, Just…)

Jane seguía siendo la reina del mantenimiento, pero ya no era mi referente. 

Entonces empecé con Fitness combinado: aeróbico-pesas. Y las pesas… Las pesas representaban dificultad, sacrificio, motivación y una ración XXL de endorfinas. La parte aeróbica no era más que el preludio de lo verdaderamente emocionante: levantar peso. Si levantas un kilo, mañana querrás levantar dos y así sucesivamente. Lo mismo ocurre cuando corres., si puedes correr 30 minutos, la siguiente vez querrás correr 40., si corres despacio, te sientes feliz cuando corres más deprisa etc.

Ayer hablé con un amigo que corre desde hace más de cuatro años. Siempre la misma distancia, siempre el mismo tiempo. Le hablé de las carreras, la emoción del dorsal, la euforia de la meta, la competitividad, el desafío… No le interesó nada de nada. Entonces me acordé de los compañeros (Compañeras en realidad. En mi gimnasio, el 90% son mujeres) de la sala de Fitness y entendí que el deportista de Fitness es a la musculación lo que el jogger es al running. Exactamente lo mismo.

Sin embargo, el ejercicio de mantenimiento, sea cual sea,  hace feliz a muchísima gente durante toda la vida. Lo veo todos los días. Compañeros que llevan años y repiten la misma rutina una y otra vez, y no les digas que aumenten la carga, te miran como si eso no fuese con ellos. No lo necesitan.

Antes de empezar a correr, el Fitness aeróbico de mantenimiento, no me motivaba nada de nada. Al principio si, después de dos años con lo mismo, no. Entonces llegó Gigante Verde, monitor de musculación clásica, y fue un soplo de aire fresco en mi progresiva sensación de estancamiento. Con él, Jane Fonda no tenía nada que hacer. Durante meses (los mismos que llevo corriendo, curiosamente) todo cambió. Las sesiones eran duras., las sesiones no te dejaban esa sensación de “estar a medias”. Eso hizo que permaneciera en el gimnasio de chicas cuando ya tenía la firme decisión de cambiar de centro.

Estas dos últimas semanas, Gigante (al que ya dije que le quedan dos días. Esta en proceso de “Pulir y dar cera” a las alas antes de volar) ha venido solo a algunas clases y las sesiones en las que no ha estado él, no ha quedado más remedio que retroceder al Fitness Aeróbico de Mantenimiento. Eso explica los dobletes correr-Fitness.

Os dejo un vídeo ilustrativo de lo que fue la sesión del miércoles:




Correr para olvidar.

Ahora tengo dos problemas: elegir nuevo gimnasio y prometerme a mi misma:


"A Dios pongo por testigo que no podrán derribarme. Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré al Fitness Aeróbico de Mantenimiento, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡a Dios pongo por testigo que jamás volveré al Fitness aeróbico…!"


  • Lunes: 32º. 1´05´´  para 9,341 km (6´57 m/km).
  • Martes: 30º. 1´06´´ para 9,341  km (7´03 m/km) 


  • Miércoles: Fitness Aeróbico de Mantenimiento. Ganas de correr para olvidar. Lo anotamos como día de descanso.
  • Jueves: 29º. Empiezo mal, me encuentro pesada, con ganas de parar desde el principio. Tiene gracia que me ocurra esto después de la kaka del miércoles lo cual me lleva a la conclusión de que el descanso esta sobre valorado. Al menos cuando no te estás preparando un maratón y tienes que hacer 80 km semanales. Para lo que yo hago, descansar cuando no te duele nada es un lujo. En vista de la negatividad reinante, opto por hacer 20´´ calentamiento; 25´´ fartlek 1x1 y todo se soluciona. Termino con 1x1000 a 5´33 totalmente sostenible de  principio a fin J
  • Viernes: Fitness. Todos los grupos musculares. Nivel de esfuerzo alto ¡Al fin!
  • Sábado: Descanso.
  • Domingo: 28º. 1´22´´ para 11,600 km a 7´04 m/km

Total de km: 36, 256.

Sigo siendo un pato lento y pesado.

jueves, 11 de agosto de 2011

III MARCHA NOCTURNA LUNA DE AGOSTO.


El día 19 de agosto, coincidiendo con la luna llena, esta Suricata de  la Pradera se va de marcha... Caminará 31 km por caminos de tierra, asfalto y arena hasta llegar a la playa de la Caleta, para desde allí volver por donde vino a una velocidad aproximada de 6k/h.

Estáis todos invitados.


La razón me dice que si soy capaz de andar seis horas sere capaz de trotar tres. 

Y por el camino, recitaré aquello de:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


Pd: Ya tengo calcetines de corredor marca Kalenji. Atrás quedan los bicolor, los cortos de fitness,  los del Oysho adornados con florecitas, osos y besitos... 




miércoles, 10 de agosto de 2011


Veamos:

¿Por qué, Blogger, por qué, no actualizas mis entradas?

¿Qué te he hecho yo a ti, servidor de mi***a, para qué me mantengas en la oscuridad?

¿Eh?

1+1= 2; 10+10= 20

Activada la alerta naranja desde las 14 hasta las 20 horas en la campiña gaditana por temperaturas de hasta 40 grados.  El cielo permanecerá hoy poco nuboso con intervalos de nubes altas, salvo intervalos nubosos matinales con posibilidad de alguna llovizna en el área del Estrecho, litoral mediterráneo y en Melilla, e intervalos nubosos de evolución en las sierras orientales, con posibilidad de algún chubasco débil acompañado de tormenta, con brumas matinales en el litoral mediterráneo, área del Estrecho y en Melilla. 
Las temperaturas se mantendrán sin cambios en la mitad occidental, y en la oriental máximas en moderado descenso, con vientos flojos de dirección variable en el interior temperaturas por encima de los 38 grados en puntos del Valle del Guadalquivir, campiña gaditana y Andévalo onubense, con viento de levante fuerte con rachas de hasta 80 km/h en el área del Estrecho. 

Divide y vencerás. 
Dos de diez suman una de veinte.
En general, perfecto. Algo más cansada que ayer y sin descanso desde el jueves ¿Masoquismo? No. Me encuentro bien simplemente. Las piernas, como siempre. Gracias.

Que siga la fiebre del sábado noche y no amanezca.


martes, 9 de agosto de 2011

DESTROZANDO FANTASMAS


¿Quién dijo miedo?

Lunes a las 21:30.

34º de temperatura. Sensación de humedad aplastante. Cero brisa.

¿Fitness? Ya sabes lo que toca el lunes. No. Hoy no. Hoy tengo una cita mucho más importante.

Llego tarde a casa,  lo justo para cambiarme y salir pitando al gimnasio, pero en el último momento cambio de planes. El día es exactamente igual al de aquella fatídica noche en Dos Hermanas, la misma temperatura, la misma hora y una sensación pegajosa de humedad que, esto si, nada tiene que ver con el ambiente seco de Sevilla, pero acrecienta más si cabe la sensación térmica de calor.

Muchos corredores. Calor. Pongo el crono a 0:00 y camino hasta el punto de salida ¿Qué quiero hacer? Aún no lo sé. Muchas veces creo que mi subconsciente sabe las cosas antes de trasladarlas al hemisferio consciente.
Comienzo a trotar muy suavemente y miro en cuanto hago los primeros 500 metros para tener una referencia de cual va a ser mi ritmo cómodo: 7´/km. En un día como el de ayer, es absurdo obsesionarse con los ritmos, ya es suficientemente meritorio salir a correr con 34º. Así que este detalle no me preocupa en absoluto.

Empiezo a sudar muy pronto, pero al contrario de lo que esperaba, no me siento pesada, el calor no me comprime la cabeza, los oídos no se cierran, nada me ocurre excepto que sudo, pero por lo demás avanzo sin complicaciones.

Ya puedo correr con calor.

Un corredor tiene una única sala de entrenamiento. Una sala un tanto especial. No tiene aire acondicionado, ni parqué de madera; no tiene un vestuario cómodo con lavabos a pocos pasos, ni sotisficadas máquinas que hacen el trabajo sucio por ti.

La sala del corredor no te regala nada, ni tampoco se excede en explicaciones. La sala del corredor es austera, ecléctica, exuberante, nihilista, conceptista, culterana, parca y abundante. Y a veces puede serlo todo y a veces puede ser nada.

La sala del corredor es un amante difícil de conquistar, pero cuando lo consigues, lo amas para siempre. Como se ama lo utópico, lo imposible, lo lejano, lo que no se posee nunca del todo.

Ya puedo correr con calor.

Cuando voy por el tercer kilómetro descubro que las tres fuentes del parque, las tres, están cerradas. Estoy corriendo en un precioso parque con tres fuentes sin agua y un bar abierto ¿Es extraño verdad? Siento temor. Luego me tranquilizo porque no solo voy cómoda, además me siento ligera, y os puedo asegurar que mis 58 k compactados en mi 1,58 de estatura pueden ser muchas cosas (grasa desde luego no) menos fluidos.

Y las piernas, pobrecitas mías, cantan al unísono tan campantes, pasando olímpicamente de la técnica de carrera, a su libre albedrío, suaves como guantes, sin acusar las sentadillas, ni las zancadas, ni los ejercicios de abductores del viernes:

Sabes que no me convienes, mi mami no quiere verme con mujeres como tú.
Sé lo que dice la gente, pero a mí me gusta verte sola en mi habitación…

Cuando me doy cuenta voy ya por los cinco km y nada me aqueja, nada me molesta, es el ecuador de lo que voy a hacer, ahora que ya lo sé: voy a correr la carrera de Dos hermanas en el parque. Y lo hago. No hay agua pero no hay sed. Todo es bondadoso en mi salida porque es íntegramente cómoda. Las piernas, a veces, tiran más rápido de forma natural, pero no en grandes zancadas, que va, aumentan la cadencia. Ese el truco para las distancias largas. No es el tamaño, es el número.

Los 10 km llegan para un ritmo de 6,50 cómodos (podría haber ido más rápido desde el km 3 sin problemas) y ni siquiera he sudado demasiado, solo al principio, y no he tenido sed. Cuatro décimas por debajo de la carrera de Dos Hermanas y completamente entera.
Así es como se hacen las cosas. A esto se le llama: LOGÍSTICA Y ENTRENAMIENTO.

Ya puedo correr con calor.

¿Hoy? Calor y levante en rachas de 60km/h.

Me voy a mi sala del corredor, la más hermosa de todas y bailaremos un vals.

domingo, 7 de agosto de 2011

ESTOY PROBANDO LO DE LAS CITAS MÚLTIPLES



Me he pasado.
Mentira. Estoy a unas horas de pasarme en condiciones porque hoy toca más y ya que esta es una semana de excesos, no tiene mucho sentido dejarla a medias. O te pasas a tope o no te pasas. Esa es la cuestión.

Esto es igual que si te pilla un chaparrón y para cuando llegas al primer portal ya estás calado hasta los huesos. Hay personas que, a pesar de no poder mojarse más, se refugian en él y están los que se van a casa andando tranquilamente. Total, si da igual. De perdidos al río.

Inciso: Que me he pasado es una realidad que nada tiene que ver con el estado de mis piernas:

¿Te has roto verdad?
No.
¿Te duele la tibia o el peroné?
No.
¿Cómo están tus piernas entonces?
Bien. Gracias.
¿Y las tuyas?

Me he pasado porque he organizado TODA la semana en base a esto: correr y hacer fitness. Y todo tiene un límite. He dejado los espacios en blanco para hacer ambas cosas y no he tenido en cuenta lo que me rodea (familia) que ni corre ni hace fitness, pero a los que les gusta ir al cine, salir a pasear, playa… Y es que reconozco que cuando algo me gusta y se mete en mi cabecita, soy de lo más obsesiva: ya no quiero hacer nada más que eso.

Así que ya sabéis porque me he pasado. En cuanto al tema físico, sigo al 100%  Nunca me había sentido tan fuerte, con tantas ganas y con esta energía que no se de donde sale, pero crece, crece y crece., y no solo en el running, en el que sigo siendo el mismo pato lento y pesado, un pato lento y pesado pero fuerte eso si, también en las pesas.

Y la cosa, a falta de terminar de rizar el rizo, queda de la siguiente manera:

Lunes: Fitness. Bíceps, pecho y tríceps. Gigante ha vuelto y todo vuelve a ser bonito y doloroso. Por supuesto, rojas (10k) para pectoral y azules (5k) para bíceps.

Martes: 25º a las 20:30. Progresivo de menos a más. Empiezo a 7´20´´ y termino el último km en 5´44´´  Distancia: 5,832 y el ritmo medio a 6´50

Miércoles: Doblete:
  • 28º a las 19:45. Inoportuna vecina me desmonta el planning y sustituyo Falete al Sol por  unas mini series (3x500) La última serie queda en 2´53´´
  • Fitness: Piernas, espalda y hombros. Las piernas cargadísimas de las mini-series y temblorosas como si fuesen flanes, pero aguanto el tipo y termino bien. Sensación de estar directamente molida.

Jueves: Descanso.

Viernes: Doblete (le estoy cogiendo el gusto a esto de doblar):
  • 28º a las 19:00. Humedad altísima y un parque todo todito para mi sola. Rodaje sin pretensiones a lo que me de tiempo, sin sufrir. Siento el calor en la piel, la sensación de ahogo característica cuando el sol te da de pleno, pero lo llevo bien. Ahí esta mi palmera, mi farola y mi fuente de avituallamiento. No hay problema. Cuando llego a casa y miro los ritmos veo que me ha salido 6,800 para un ritmo medio de 6´37 que no es para tirar cohetes, pero que me devuelve ¡Al fin! a primeros de mayo en pleno agosto.
  • Fitness: Todos los grupos musculares. Un completo. A tope de energía. Casi una hora corriendo a 28º y me siento capaz de todo en el gimnasio. Mantengo el peso para espalda (10k) y ni me entero. Sufro con los hombros pero acabo., bíceps más de lo mismo., piernas… Bueno, aunque quiera mantener el peso no podría, soy consecuente y acepto de mala gana., las arrancadas las hago con las rojas también y el ejercicio de colofón, el que termina aunando todo (bíceps, tríceps, hombros y espalda) con las mancuernas de 3k (puede que no parezca mucho pero en este caso son repeticiones sin descanso) y todo mientras suena Highway To Hell… Normal. Supongo que me entendéis ¡Es música!

Sábado: 27º a las 20:30. 3,440 km de calentamiento y otras mini series que quedan así:
3x500

2´59´´
2´40´´
2´32´´

Recuperación en los 500 de vuelta. El último fue MORTAL, el primero demasiado bien y el segundo, en torno a 40, 45´´ es lo suyo. Cuando no conoces tus márgenes la única forma de acertar es probando, probando…

Domingo: La idea es una tirada larga sin tener en cuenta el ritmo, porque sumar lo que es sumar, como veis, no es que haya sumado mucho (kilómetros)

PD: El título de esta entrada tuvo su fuente de inspiración en mi compañera Manoli, a la que también le van los 2x1 deportivos. Lo vi en su diario y se lo copié literal...

jueves, 4 de agosto de 2011

DE OCA A OCA Y CORRO AUNQUE NO TOCA


Pongamos que habéis decidido correr aunque no toca, al fin y al cabo, el: De oca a oca y corro aunque no toca, lo decides tú, y tú, y solamente tú…

Me importas tú, y tú y tú
Y solamente tú y tú y tú y tú y tú,
Me importas tú y tú y tú
Y nadie más que tú. 

Pongamos que, justo cuando acabáis de calzaros las zapatillas, puesto la gorra, ajustado el pantalón, subido los calcetines con sus dos bandas de color (roja y azul marino), preparado el crono o puesto el gps, los sobacos y la cara interna de los muslos bien sobeteados de vaselina., cuando os habéis pre-hidratado, ajustado el ipod y colocado en su sitio la banda del pulsímetro... Pongamos que entonces, y solo entonces, llama a la puerta tu vecina, muy simpática ella, y habla y habla y habla., no se da cuenta que los calcetines se caen, la vaselina se seca, la batería del gps y el ipod no son inmortales y el agua de tu estómago o el gatorade empieza a metabolizarse y evaporarse vía tópica. No se da cuenta. Y tú miras de soslayo el reloj, escuchas pacientemente no se qué de pintar los rellanos, respondes afirmativamente con la esperanza de que así se vaya antes:

Sí. Claro, claro.
Por supuesto.
Cuándo digáis…
Tienes razón.

Pongamos que la buena educación te impide cortar tajante el monólogo de tu vecina, que se saltó la clase de urbanidad titulada: Cómo evitar ser inoportuno y debe pensar que tu indumentaria es la propia de andar por casa o le importa directamente un pimiento, y para cuando eres libre:

Libre, como el sol cuando amanece yo soy libre, como el mar…

Sales corriendo –no vaya a ser que le de por subir de nuevo- hasta el parque y una vez allí descubres que tus preciosos 40´ de Falete al Sol, se han quedado en unos escuálidos 15 ó 20´ de mísero tiempo. Supongamos todo esto. Quién dice una vecina, dice una amiga psicópata (Toda aquella que se comporta como si fuese un novio celoso y te controla mañana, tarde y noche. Amistad altamente tóxica) un amigo, un conocido o quien sea. ¿Qué hacéis con vuestros 15 ó 20´?

Ayer tocaba doblete: fitness y correr porque no me toca. A las 20:15 tenía que estar de vuelta en casa para cambiarme la indumentaria runnera y los calcetines por los tobillos anti-ampollas, por una molona camiseta top y una falda pantalón Supplex. Me siento Superman.

Voy a hacer series de 500. Pensé. De la farola a la palmera 513 metros. No hay tiempo de calentar, así que vamos. Tira. Corre. Date prisa. Ya estás tardando.

Ohú que paliza. ¿Cómo podéis? Qué agonía!!

Táctica y ejecución:

No son progresivos de 50 metros, son mini series de 500, así que intento ir más rápido pero calculando que pueda llegar sin morir en el intento. Es difícil cuando lo haces a ojo y no tienes medido ningún umbral, así que no sabes si vas a A, B o C según el señor Karvonen, solo sabes que el corazón lo tienes directamente en la boca y que tienes unas ganas de parar desde el principio que te mueres.

Hago 3x500 y en lugar de recuperar por minutos usando el crono, recupero en los 500 de vuelta, que es en ligero descenso y no veáis como mola bajar cuando has subido, es lo mejor de lo mejor de una cuesta (en este caso ligera pendiente) la parte de la bajada. Solo por eso, las cuestas me gustan. Si no hubiese cuestas, no habría bajadas., es el tributo del placer…

La cosa queda:

Farola-Palmera: Muero, muero, muero; no llego, no llego, no llego.
Palmera-Farola: Que mal lo he pasado ¿Otra? Que dices chiquilla…

Farola-Palmera: Ahora si que no puedo, ahora si que no… ¡Puñetera palmera!
Palmera-Farola: …………….. (No puedo pensar. Estoy traumatizada)

Farola-Palmera: Ahora por tiempo. Ajusta el crono ¡No quiero! Que si quieres. MUERO, MUERO, MUERO; NO LLEGO, NO LLEGO, NO LLEGO.
2´50´´
Palmera-Farola: Quiero ir a casa…Mi corazón llora. Trotecillo amoroso y reconfortante.

Procuro aplicar la famosa técnica de carrera (maratonianos ya sé que os duele, pero vosotros sois El Gran Fuego): zancada amplia, levantar la rodilla, brazos recogidos y en movimiento con la zancada (adelantar brazo izquierdo con zancada derecha; adelantar brazo derecho con zancada izquierda) y sí, si que se corre más rápido, pero en distancias cortas para las largas olvídate.

Una tortura. Hay que tener una fortaleza mental y física fuera de lo común para hacer series. La próxima vez voy a intentar con cuatro o cinco a ver que pasa.

Así que ya he hecho series. Lo voy a apuntar en mi libro de las primeras veces.

Y luego al gimnasio a trabajar piernas, tríceps y hombros. Ahora que Gigante Verde ha vuelto, mientras escribo esto, unas deliciosas y reconfortantes agujetas campan a sus anchas a lo largo y ancho de mi cuerpo, como debe ser.

¿Qué toca hoy? Lo único que puede tocar: rodaje tontorrón ¡Ah, la felicidad! Rodar y rodar sintiendo las piernas y el resto del cuerpo como si me hubiese atragantado comiendo a Caperucita y la única forma de hacerla bajar sea dando un largo paseo a ritmo de pato.

Pd: Nivel de energía constante. Baterías al completo y un mes de agosto prometedor.