MACHINE, MACHINE, MACHINE...

Esta es una entrada en la que hablo de diferencias de género, por tanto no hay que tomársela en serio, ofenderse o mosquearse, simplemente leerla con sentido del humor.

Que el hombre y la máquina están intrínsecamente unidos es algo evidente que no se nos escapa a ninguna mujer y que nos produce por lo general cierta ternura.

La máquina en si, sea la que sea, se convierte en una prolongación de la masculinidad y como tal debe cumplir ciertos requisitos. En realidad solo debe cumplir uno: Que sea grande.  Bueno, dos: Que sea grande y que sea más grande que la de mi vecino.

Un ejemplo. Uno de mis hobbys es la acuariofília.  Lograr recrear un trozo de naturaleza en un espacio reducido es una de las cosas más apasionantes que hay y también más difíciles. Hay que saber que son los nitritos, nitratos, ciclado, tipos de peces., y mantenerlo todo bajo control. No se trata de rellenar un recipiente con agua y meter unos pocos peces, es mucho más que eso.

La acuariofília es un hobby mayormente masculino, así no es difícil encontrar en los foros mensajes del tipo: A ver si la parienta me deja., tengo que pedirle permiso a mi mujer., mi mujer no me deja., es que mi mujer no quiere porque hace ruido, etc, etc. 

Un acuario necesita un filtro. El filtro de un acuario es la cosa más simple del mundo: hacer circular el agua por diferentes sustratos de tal manera que al volver al acuario lo haga libre de residuos ¿Fácil, verdad? Varios compartimentos separan una caja, en uno de ellos hay cerámica, esponja, bolas de plástico... Cualquiera un poco manitas podría hacer un filtro para el acuario utilizando relleno de cojín, las bolitas de colores del tragabolas de nuestro hijo y los restos de un ladrillo o gravilla roto a trozos pequeños. Cualquiera. Sin embargo, los filtros se venden y se venden muy caros pese a la simplicidad del mecanismo. Tienen nombres como: Filtro Ehein Ecco Pro 200 o Filtro Ehein Profesional Electrónico 2074. En las descripciones rezan cosas como: 

"manejo fácil con auto-cebado de gran volumen, cestas filtrantes individuales. Eje de cerámica de alta calidad y perfecto casquillo de rozamiento. este filtro dispone de una excelente filtración biológica y mecánica debido a una optima conducción del agua"

Los hombres generalmente compran un acuario de 60-100 litros y un filtro para 150-200 litros. Por máquina que no quede. Más vale grande que pequeño. Grande ande o no ande ¿Qué su machine va sobrada para los requerimientos que necesita su acuario? Da igual. Grande. Y más grande que la de mi vecino.

Este ejemplo es aplicable a cualquier máquina o cualquier cosa que no sea una máquina propiamente pero la vendan como tal. A los publicistas y comerciantes en general, no se les escapa esta inclinación masculina por la electrónica y mecánica, y sacan pingües beneficios de su inocencia.

Solo hay que adornar el instrumento mecánico con nombres científicos, lenguaje plagado de tecnicismos y números. Importante que la máquina tenga números.

Más ejemplos. Hasta hace pocos años, cuando una mujer iba a tener un bebe preparaba la canastilla. La implicación del marido por lo general era nula en el proceso. La preparación del ajuar infantil incluía la cuna, el cochecito, la hamaca... Desde que el hombre participa activamente en la crianza del bebe, muchas cosas han cambiado. Las mujeres hablábamos de comprar el cochecito del bebe o el coche capota o el carro o la sillita. Punto pelota. No necesitábamos que las ruedas llevasen amortiguación. Ahora, es posible comprar una máquina para transportar al bebe. De verdad.

Por el módico precio de 700€ podéis comprar el Jane Rider Fórmula Mátrix. Tiene amortiguación y suspensión trasera, chasis tubular de aluminio anodizado, sistema de anclaje Pro Fix y mejoras en la conducción. Nuestro bebe será el más rápido y molón del barrio. Y tendrá un carro más rápido, molón y grande que el bebe del vecino. Ea.

¿Más ejemplos? 


La prolongación del hombre y la máquina va mucho más allá. No se trata únicamente de accesorios que hacen al hombre feliz y dicharachero, no., el hombre se cosifica a si mismo transformándose él en una máquina. La máquina de sus amores es su propio cuerpo. 


Los corredores son en este caso el mejor ejemplo. Tienen sus particulares y amadas máquinas, como las zapatillas a las que despiden con sentidos homenajes o los gps con nombre propio. No es difícil escuchar expresiones del tipo: darle vida a las patas, ir bien de caja, carburar, poner la patata en movimiento...


¿Más?

El otro día, en el blog de Barroso, encontré un ejemplo práctico que confirma la veracidad de mi teoría. Ha comprado la máquina de las máquinas de gimnasio, el todo en uno de las máquinas. Una virguería vamos. Como paso previo, pidió autorización a la jefa (importante), con la autorización en la mano, preparó un espacio acorde a la magnitud del aparato y montó el artilugio. Nuestro querido Abuelo, hombre máquina como todos, reconoció abiertamente: "Es  cierto que es más grande que la mía..." y Barroso contestó "Caballo grande ande o no ande..." Y casi me muero de la risa.

Y sin saberlo, me alegraron el día. Porque como dije más arriba la debilidad del hombre por la máquina suele despertar sentimientos de ternura y comprensión en las mujeres.

PD: Porfiplease, que no se enfade nadie (sobre todo los aludidos). Queridos Termineitors, os prometo hacer una entrada inversa que nosotras también tenemos lo nuestro.


PD1: Ni se os ocurra poner Men Machine en Google-Imágenes si no tenéis filtro de moderación. Avisados quedáis. 


PD2: En cambio si buscáis Man Machine os aparece un grupo de música electrónica alemán que suena muy bien :)