lunes, 21 de febrero de 2011

Segunda semana.

Domingo 8 de Febrero.

Día chungo, chungo.
Me levanto por mañana cansada, no he podido dormir (de hecho me levanté, me puse a ver los docus de la 2 y me dieron las 3 de la mañana. Nada más y nada menos) Estoy hinchada, ojerosa y con más ganas de tumbarme en el sofá que de otra cosa ¿Por qué? La regla señores. Ese mal tan necesario que nos provoca a las féminas una relación de amor-odio, porque nos fastidia SIEMPRE (a no ser que creas estar embarazada sin desearlo, entonces sentimos una felicidad profunda cuando nos viene) pero tampoco queremos dejar de tenerla...

Ya habló Clausen de ello en el siguiente hilo:

piernas cansadas

Total, que soy consciente de que ese día poco voy a hacer pero como soy cabezona y me niego a que algo tan natural limite mi actividad física, allá que voy. Cambio de hora: 13:30. Calor.
Mismo itinerario y trote más "lastimero" que "cochinero"
Quince minutos de nada y ya me duele todo... como aquella canción infantil "el primer resfriado" ¿Os acordáis?:

ME DUELEN LOS OJOS,

ME DUELE EL CABELLO,

ME DUELE LA PUNTA

TONTA DE LOS DEDOS.

A los 20 minutos estoy que me muero, así que paro, toda digna y le digo a mi cónyuge pa casa Y me dice Comoooor?? Tú? pa casa?? La chica Robocop pa casa? Anonadado me hallo... En ese momento me dan ganas de estrangularlo pero cómo sé que es a causa del descenso repentino de progesterona me aguanto.

En fin, pinchazo. Día como dije, chungo, chungo. A ver que pasa hoy.

Un saludo a tod@s.

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